El proyecto de TRANSTERMINANCIAS 2019 · RESIDENCIAS DE ARTE EN LO RURAL es un proyecto que ha pretendido poner en diálogo con los/as habitantes de Serrejón (Cáceres) nuevos procesos artísticos y culturales, generando un espacio de convivencia y diálogo entre los/as vecinos/as de la localidad y las artistas y colectivos que han sido seleccionadas en esta convocatoria, para generar espacios de pensamiento y acción cultural sobre los espacios/contextos de vida. Fueron seleccionadas dos propuestas, por un lado la propuesta Memorias de la dehesa, presentada por la artista Inula [MCarmen G. Mahedero], y por otro lado la propuesta Nuestra Juventud, presentada por el colectivo Constancia3 (Carmen Jiménez y Álex Mena), presentadas a través de una convocatoria abierta para candidaturas a nivel nacional.
La propuesta que formulaba esta convocatoria planteaba que las artistas realizasen una estancia de trabajo de un mes en el pueblo de Serrejón, generando procesos de relación y acción colectiva con los/as habitantes. La propuesta planteaba también la realización de talleres con algunos colectivos del pueblo para, por un lado conocer las técnicas utilizadas por las artistas para generar su obra, y por otro lado conocer de cerca el trabajo que iban a realizar durante todo un mes.
Memorias de la dehesa, partía del compromiso por la construcción de una sociedad saludable, considerando para ello necesario construir espacios de conocimiento ligados a la identidad y al lugar habitado, vinculándolo a las realidades de las personas que habitan el lugar, todo desde la confluencia de lenguajes artístico-científico. Memorias de la dehesa ponía especial hincapié en el conocimiento popular, el color y las formas del “mundo vegetal”.
Todo esto desde un enfoque heterogéneo, indagando sobre especificidades naturales y culturales del lugar recogiendo usos y relaciones que los habitantes de un determinado lugar han mantenido y mantienen con su paisaje. Esto se materializó en forma de paseos botánicos, autoconocimiento de las especies vegetales que les rodeaban, y dándole especial valor e importancia a toda la sabiduría que los y las vecinas del lugar tenían acerca de las plantas.
M Carmen paseó por el pueblo, charló con la gente, y estableció espacios de conversación y confianza con personas como Paulino Vinagre, Pedro Burcio o Lola, aprendiendo todo los conocimientos que estas tenían sobre el entorno. Además impartió un laboratorio de plantas y color (taller de tintes naturales y estampado) a través del cual la gente pudo conocer el proceso que estaba realizando. Conocimientos de ida y vuelta, conocimientos compartidos. Todos estos conocimientos se materializaron en un toldo teñido con plantas de la dehesa (higuera, encina, jara y olivo), plantas que habitaban el lugar, al igual que los conocimientos que las acompañaban.
Nuestra juventud ha sido un proyecto que nace de la completa ausencia de los/as abuelas/os de Carmen y Álex. Sus progresivas partidas dejaron muchas preguntas sin responder, muchas fotografías abandonas en un álbum familiar que no conocían, muchas voces que ya no podrían oír en el futuro. Para este proyecto, Carmen y Álex querían tirar del hilo de esa emoción y crear un diálogo con otras/os abuelas/os, buscar en ellas/ os las respuestas a las preguntas que ya no pueden hacer a los suyos.
Trabajando desde la formación en cine documental con adolescentes de Serrejón crearon un equipo de rodaje formado por Dámaris, María, Axel, Melissa, Yanira, Guille y Rocío. Con estas siete personas comenzaron a dar forma a lo que sería el documental Nuestra Juventud.
A partir de ese trabajo surgió la magia del documental, y las historias comenzaron a aparecer. Entre las siete adolescentes seleccionaron varias personas mayores del pueblo a las que les gustaría entrevistar, y así fueron poniéndose los nombres sobre el papel contínuo: Flores, Julia, Pedro, Paulino y Lucinia. Surgieron las preguntas, la curiosidad, el crecimiento en torno al conocimiento que estas personas podían trasmitir.
Durante todo el mes ambos proyectos fueron creciendo y formándose gracias a todas las personas del pueblo que fueron alimentándolo, aportando y regalando parte de todos sus saberes, parte de todas sus historias de vida. Proyectos que durante 31 días evolucionaron hasta el día de la presentación en la Fuente del Concejo, conocida por casi todo el mundo como la Fuente de Abajo, uno de los lugares más especiales de Serrejón, espacio vinculado a las lavanderas, el ganado, las tertulias nocturnas al fresco.
Habitando este lugar despedimos parte del proceso iniciado 31 días atrás, generando conversaciones, memorias, y espacios de conocimiento y autoconocimiento de las gentes. Emocionadas pensando en que el año que viene todo esto se puede repetir con nuevas personas pensando junto a nosotros Serrejón, siguiendo investigando en las historias y saberes de una localidad.
+ info: Nuestra Juventud
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