Hay pueblos que destacan por estar situados en un entorno natural único, otros que destacan por su arquitectura, y otros, como Vejer de la Frontera, que destacan por ambas cosas. Estas fotografías son un pequeño recorrido por las calles principales de Vejer, una visita de una hora en la que este pueblo te deja con la miel en los labios, con las ganas de volver. Un color blanco resaltado por el sol de agosto a mediodía, un sol que hacía funcionar más lento al pueblo, un sol que marca el recorrido y la forma de recorrer.
Volveremos Vejer.